Los 3 grandes errores en la crianza y cómo prevenirlos

Error 1:

Afecto negativo.

La falta de afecto, el afecto negativo o  la desaprobación a toda acción o comportamiento, el castigo físico y el miedo como pautas de crianza; se relacionan con problemas en la salud mental y con baja autoestima en los niños, además de generar una vinculación insegura con los padres y cuidadores, que los pone en una situación de mayor vulnerabilidad. 

Error 2:

Autoritarismo.

De igual manera, cuando los padres o cuidadores dan mucha importancia a los castigos y poca al diálogo y la comunicación, limitan la autonomía y la creatividad en el niño, que suele evidenciar comportamientos hostiles y conductas agresivas que dificultan el relacionamiento social.

Error 3:

Sobreprotección.

Y es aún más complejo cuando se dan patrones sobreprotectores, pues estos impiden que los niños desarrollen habilidades de afrontamiento, aprendan a resolver problemas, sean independientes y tomen decisiones por sí mismos; generando altos niveles de ansiedad, inseguridad, sean adultos más propensos al estrés y la depresión y se les dificulte el establecimiento de relaciones sociales, dados sus patrones de dependencia afectiva.

¿Qué pautas de crianza son asertivas?

Cuando las pautas de crianza se caracterizan por el apoyo, el afecto, la comunicación y el diálogo reflexivo, dando al niño responsabilidades, permitiendo que resuelvan por ellos mismos los problemas que se le presentan y favoreciendo la autonomía, la independencia y la iniciativa personal; los niños tienen un mayor ajuste y regulación emocional, se muestran más seguros frente a sí mismos, construyen identidades más firmes, son creativos, autónomos y son capaces de tolerar más facilmente las frustraciones, mostrándose resilientes y autocontrolados. En definitiva, una crianza positiva garantiza el bienestar emocional, físico y mental del adulto. 

 

Claves para tener en cuenta en el proceso de crianza:

Recuerda que cuando pedimos determinado comportamiento es necesario: 

  1. Describir con claridad qué queremos y cuál es la conducta que deseamos.
  2. Asegurarnos de que nos escuchó y entendió.
  3. Ser lo más breves posible.
  4. Ser convincentes.
  5. Explicitar las consecuencias por su cumplimiento y por su incumplimiento.
  6. Ser muy persistentes. 

Podemos favorecer el seguimiento de normas en nuestros hijos si les planteamos lo que queremos apelando a su colaboración más que a su obediencia. Les decimos, por ejemplo: “Necesito tu ayuda, levanta tus juguetes del piso mientras yo cocino, ¿de acuerdo?”.

Cuando deba darse una consecuencia al niño o niña: 

  1. Haz contacto visual directo. 
  2. Usa un tono de voz suave.
  3. Se firme sin enojarse.
  4. No aceptes excusas.
  5. Si al aplicar las consecuencias el niño o niña las realiza protestando y renegando, dale un tiempo fuera para que se calme y retomar la conversación después.

 

¿Sientes que tienes problemas con tus pautas de crianza y buscas orientación?

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